El viaje fue desde Nueva York a Sídney
El vuelo comercial de mayor recorrido en la historia aterrizó en Sídney después de 19 horas y 16 minutos en el aire. Se trata de un avión de Qantas que salió desde Nueva York (Estados Unidos).
A bordo se encontraban 40 miembros del personal que están siendo monitoreados y equipados con dispositivos como parte de un intento por comprender cuáles son los efectos de un vuelo tan largo.
Qantas confirmó la noticia con un tweet que decía: “Nuestro primer #QantasResearchFlight llegó al aeropuerto de Sídney con un tiempo de vuelo total de 19 horas y 16 minutos”. El proyecto se llama ‘Proyecto Sunrise’ y el objetivo es descubrir si los vuelos desde Sídney, Brisbane y Melbourne a Londres y Nueva York son viables.
Además de usar dispositivos de recopilación de datos, el Centro Charles Perkins midió los patrones de sueño y la ingesta nutricional de los pasajeros.
Eso incluye comenzar el vuelo con relojes programados a la hora de Sídney y mantenerse despierto hasta la noche en el este de Australia para combatir el jetlag. Ah, y como se trata de una aerolínea comercial, también han estado analizando el impacto de la iluminación, el entretenimiento en el vuelo y el movimiento físico en la salud general de los pasajeros.
Los pilotos también están siendo monitoreados, usando dispositivos de ECG (electroencefalograma) para medir la actividad cerebral y ayudar a proporcionar datos sobre las condiciones óptimas de trabajo para los pilotos en tales vuelos.
Joyce agregó: “Esta es una primera vez realmente significativa para la aviación. Con suerte, es una vista previa de un servicio regular que acelerará la forma en que las personas viajan de un lado del mundo al otro”.
Sus niveles de melatonina también se han tomado en varios intervalos durante y antes del vuelo, y se tomarán posteriormente.
El Qantas Boeing 787-9, el nuevo avión en uso para este vuelo de “recorrido ultra largo” es uno de los vuelos más largos de la historia, y mucho menos los vuelos comerciales.
Antes del viaje, Joyce dijo que la compañía quería aprender a minimizar los efectos negativos de los vuelos largos tanto en los pasajeros como en la tripulación.
La aerolínea hará una segunda prueba, esta vez desde Londres a Sídney en noviembre.
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