El animal fue capturado en la calle Vereertbrugghen y se desconoce cómo llegó hasta ese punto. Tras ser cercado por un puñado de personas, fue retirado por la Policía. Una familia sospecha que se trata del mismo animal que les fue secuestrado días atrás.
El elegante andar de un pequeño ciervo atrajo las miradas de un puñado de vecinos de la calle Vereertbrugghen. Ocurrió el lunes (8/9) por la noche, a pocos metros de la Escuela de Hotelería, donde el animal buscaba refugio adentrándose en los predios disponibles en esa zona.
El caso llamó la atención de varios transeúntes, quienes detuvieron sus vehículos para tomar fotografías del inusual acontecimiento. Uno de ellos incluso intentó alimentarlo pero fue desalentado por los vecinos para evitar que el animal se asustara.
Un llamado al 911 relató lo que estaba ocurriendo en aquel lugar. Pasadas las 20 un móvil de la Policía de Río Negro intervino junto al personal de la Dirección de Fauna provincial, procedieron a la captura del ciervo y, según indicaron fuentes oficiales, lo liberaron en las tierras aledañas al aeropuerto.
Sin embargo el caso remitió rápidamente a un operativo ocurrido días atrás, ocasión en la que el área de Fauna secuestró a un animal de similares características en un barrio ubicado a en el oeste de la ciudad, a unos 20 kilómetros del centro. En aquel caso se decidió el traslado de un ciervo que se encontraba al cuidado de una familia que lo había encontrado durante una salida de campo.
“Es el nuestro, el que nosotros criamos”, aseguró Cristina Betanzo, la mujer que se encargó de alimentar y cuidar al ciervo durante seis meses. Luego de tomar contacto con las fotografías que se difundieron en redes sociales, conversó con Noticiero Seis y se mostró preocupada por el destino que tuvo el animal luego de que le fuera retirado para ser llevado a una estancia.
Cristina recordó que fue su hermano quien se encontró con el ciervo durante una excursión por el lago Nahuel Huapi. “No había nada de ciervos alrededor”, aclaró acerca del contexto en el que fue ubicado. Por ese motivo la familia decidió darle un hogar transitorio e incluso consultaron a un veterinario para conocer sobre su alimentación.
“Estábamos conscientes de que tenía que ir a una reserva”, aclaró acerca del contacto previo con la Dirección de Fauna aunque, reveló, las autoridades le sugirieron cuidarlo hasta poder ser llevado a una reserva: “después vinieron con ese operativo, pero ellos sabían que teníamos al ciervito”.
El caso parecía haber logrado una conclusión con las imágenes que le hicieron llegar desde el organismo provincial, “hasta ayer que me empezaron a llegar fotos de Bambi en el asfalto”. Cristina reconoció que siempre tuvo dudas acerca del destino del animal pero que, al tomar contacto con las fotos y los videos, notó que el animal se mostraba especialmente calmo a pesar del contacto con personas.
“Lo crié al Bambi, le compré la leche para los animalitos que se quedan sin padres. Yo pagué todo”, agregó acerca de los cuidados que ofreció durante aquel período de transición, a sabiendas que tendrían que desprenderse de él por orden de las autoridades.
“Me siento engañada y me da mucha pena por el Bambi. Ahora sí que lo puede matar un perro o pisar un auto”, lamentó acerca del destino que podría llegar a tener el pequeño ciervo.
FUENTE: B2000