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Odisea a la Gran Muralla China 🍜

  • Categoría de la entrada:Cerca de Neuquén
  • Tiempo de lectura:4 minutos de lectura

No hace falta aclararlo, aunque nunca está de más: China es un país increíble con millones de cosas para hacer. Cultura milenaria, gastronomía, arte, tecnología y un sin fin de lugares para recorrer hacen del gigante asiático un lugar imprescindible a la hora de viajar hacia el otro lado del globo. China puede parecer difícil, por momentos lo es. Pero una vez ahí, china te sorprende. Por sus paisajes, su historia, pero sobre todo por su gente, siempre dispuesta a ayudarte.

Por Leandro Cáceres y Marina Ludueña – Viajerxs y colaboradorxs de descubres.com

Hay muchos prejuicios y varios mitos sobre China y el choque cultural que esto genera hace pensar que es un viaje más difícil de lo que realmente es. Cada paso en este país inmenso vale la pena. Adentrarse en templos milenarios, recorrer sus inmensas ciudades y viajar en el tiempo, tanto al pasado, visitando pequeños pueblos que permanecen intactos desde hace cientos de años, como al futuro disfrutando de toda la tecnología que nos hace pensar que en esta parte del globo todavía seguimos en el siglo pasado.

Antes del Coronavirus, cuando uno menciona China, una de las primeras cosas que se vienen a la mente es: La Gran Muralla China. Sin lugar a dudas este es uno de los más grandes sino el principal atractivo turístico de China para el mundo occidental.

Construida entre los siglos VII a.C y el s.XVI para defender al imperio de las invasiones Mongolas, la Gran Muralla es una de las 7 maravillas del mundo y patrimonio de la humanidad de la UNESCO.

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Existe un mito que dice que la muralla es la única construcción hecha por la humanidad que se puede ver desde el espacio. Lamentablemente no es tan asi (https://www.nasa.gov/vision/space/workinginspace/great_wall.html – está en inlgés) pero mas allá de eso no deja de impresionar.

Para ir a a la Gran Muralla hay varias alternativas. La mayoría desde Beijing, la capital China. La gran muralla se extiende por algo más de 8.000 kilómetros donde solo algunos sectores están restaurados o adaptados al turismo, algunos conservan más que otros su aspecto más rústico dada su antigüedad.

Nuestro caso fue un tanto especial y caótico a la vez. Llegamos a Beijing justo para lo que se conoce como “La Semana Dorada” o “Golden Week” de la cual no teníamos idea antes de pisar china. Es una semana de vacaciones comunes para todos los ciudadanos chinos, si, ¡Todos! es decir que millones de personas se mueven por todo el país al mismo tiempo durante esos días generando un desplazamiento turístico fuera de las escalas occidentales.

Viajar dentro, entrar a atractivos turísticos, encontrar lugar en hoteles u hostels se vuelve una verdadera odisea. Si a esto le sumamos la barrera del idioma y los límites que hay para navegar en internet se vuelve un combo no apto para impacientes. Recuerden amiguitxs: Si algún día tienen la posibilidad de viajar a China, busquen que dias cae la semana dorada ese año y eviten esas fechas.

A pesar de esto, y aunque sabíamos que la cosa venía complicada optamos por ir a uno de los lugares “menos turísticos” de la muralla. Nuestro itinerario incluyó: tomar un taxi a una estación de buses. De ahí en bus a una ciudad llamada Huai Rou en la que tuvimos que tomar otro taxi (se puede ir en colectivo, pero por cuestiones de tiempo optamos por taxi) que nos llevará a otro pequeño pueblo emplazado montaña abajo como puerta de entrada a la muralla, Mutianyu.

Y aquí es donde empieza la acción: Filas enormes para comprar entradas, si, en china prácticamente nada es gratis. Filas para subir al transporte que te lleva al pie de la muralla, fila interminable para subir a la telesilla, filas, y más filas. Lo cierto es que estuvimos más tiempo haciendo filas tanto a la ida como a la vuelta de lo que pudimos disfrutar en la muralla, y así y todo cada segundo ahí valió la pena.

Terminamos exhaustos, pero contentos. Poder recorrer aunque sea una parte de esa mítica construcción, entre medio de gente tomándose selfies pero rodeados de un paisaje montañoso increíble hace que el cansancio pase a segundo plano.

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