Un viernes perfecto entre tradición, aromas a leña, música viva y la alegría de un pueblo que celebra su identidad. Descubres.com estuvo allí para contarlo y compartir una galería de momentos inolvidables.
Chos Malal volvió a demostrar por qué esta fiesta es una de las grandes joyas culturales del norte neuquino. Ayer viernes, la Fiesta Nacional del Chivito, la Danza y la Canción desplegó todo su esplendor: el humo perfumado de los asadores, las voces cálidas de los músicos locales, el zapateo que retumba en la tierra y esa energía colectiva que solo se siente cuando un pueblo celebra lo que es. Desde descubres.com, acompañamos cada instante con la mirada curiosa y el corazón abierto.
La danza fue protagonista desde temprano. Entre pañuelos que flameaban al ritmo del viento cordillerano y parejas que parecían flotar sobre la tierra, el escenario mayor se transformó en un abrazo colectivo. Cada baile, cada mudanza, cada aplauso del público recordaba que el norte neuquino no solo conserva su tradición: la vive, la respira y la comparte.
La gastronomía, fiel a su historia, volvió a emocionar. Los chivitos al asador —dorados, crujientes, irresistibles— hicieron fila frente a cientos de visitantes que saborearon la esencia del norte en cada bocado. Los cocineros, orgullosos, explicaban técnicas, tiempos, secretos de fuego y paciencia. Y en cada plato servido se notaba esa mezcla de hospitalidad, identidad y sabor que convierte a esta fiesta en una experiencia única para locales y viajeros.
La música aportó el clima perfecto. Voces jóvenes, artistas consagrados, guitarras que cuentan historias de campo, bombos que hacen latir el suelo. Cada presentación fue un puente entre generaciones: abuelos emocionados, chicos bailando entre la gente, familias enteras que viajan año a año porque esta fiesta es, para muchos, un reencuentro con lo propio.
A lo largo del predio, entre puestos artesanales, aromas a tortas fritas, charlas cruzadas y mates compartidos, se vivió un viernes que será recordado. Desde descubres.com te invitamos a recorrer la galería especial de fotos que preparamos para retratar esos momentos únicos: la danza en pleno vuelo, los chivitos dorándose al fuego lento, la alegría de la gente, los detalles que hacen de esta fiesta una postal imprescindible del turismo cultural patagónico.
Y si todavía no fuiste… no lo dudes. La Fiesta Nacional del Chivito, la Danza y la Canción es un viaje directo al corazón del norte neuquino, donde la tradición sigue viva y cada visitante se siente parte de algo verdadero.
