Una medida necesaria: las autoridades de Canberra han declarado la guerra a la basura. A partir de ahora, los ciudadanos que ensucien la ciudad recibirán multas de 500 dólares australianos, por tirar una colilla al suelo.
Pero no solo se limita al tabaco: cuanto mayor sea la cantidad de basura con la que se ensucia la ciudad, más deberán pagar en sanciones quienes la arrojan.
Las autoridades se basan en el aumento de basura que ha sufrido la ciudad en los últimos tiempos, que en el último año costó a los contribuyentes unos dos millones de euros en gastos de limpieza.
Fuente: https://intriper.com