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Debieron caminar unos cuatro kilómetros con nieve hasta la cintura para llevar a un niño al hospital 🚶🏻‍♀️

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Esta madrugada personal de Defensa Civil y del Hospital de Junín de los Andes, montaron un importante operativo para llegar hasta el paraje Nahuel Mapi Abajo, donde se encontraba un niño con un brazo quebrado y su madre quien tenía un golpe muy fuerte en la cara y de un ojo no estaba viendo bien, por lo que también requería de atención médica.

Debido a las grandes nevadas registradas en las últimas semanas hizo que las condiciones para llegar hasta la vivienda sean extremas. En sectores donde la nieve acumulada llegaba a los dos metros no fueron obstáculo para los dos enfermeros y cuatro agentes de Defensa Civil.

Hace algunos días el menor sufrió un accidente, por lo que requirió ser enyesado. Ya casi sin poder salir de su vivienda, luego de las dos grandes nevadas que hubo que dejaron la zona intransitable, la familia siguió los pasos que le habían indicado los médicos para sacarle el yeso, pero debían atenderlo en el Hospital para vericar si el hueso había soldado.

Norberto Ocares, jefe de Defensa Civil de Junín de los Andes, relató que para realizar este rescate fueron en camionetas por unos 50 kilómetros hasta una zona en donde no se podía continuar por la nieve. «Había nieve acumulada de entre 1.20 metro de altura y dos. La única manera de llegar era a pie y fuimos temprano para aprovechar que la nieve esté más dura», describió Ocares.

Los seis integrantes que realizaron este operativo caminaron unos cuatro kilómetros con raquetas en sus pies para poder trasladar al pequeño Milton. La familia también salió de su casa para avanzar lo que podían en la nieve Era la mamá, Gladys Calfuqueo, su hija mayor y Milton, al que debían sacarle radiografías, para vericar el estado de su brazo, con quienes se encontraron los rescatistas a unos metros de su vivienda.

«Uno de nosotros llevó al niño en los hombros para poder salir del lugar anegado. Aunque el niño no tuvo que caminar, hacía mucho frío», describió Ocares, quien también contó que la madre y su otra hija caminaban atrás de ellos para aprovechar la huella que iban dejando por el uso de las raquetas.

FUENTE: RSM

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